viernes, 26 de octubre de 2012

Capturan CO2 para transformarlo en materia prima útil para la industria

Un catalizador convierte el dióxido de carbono en compuestos para producir polímeros de siliconas

 
Investigadores del Instituto Universitario de Catálisis Homogénea de la Universidad de Zaragoza han conseguido por primera vez atrapar y transformar el dióxido de carbono (CO2) en materia prima útil para la industria con el menor gasto energético posible, sin utilizar disolventes y sin originar residuos.
 
Capturan CO2 para transformarlo en materia prima útil para la industria
Equipo experimental para el estudio de la reacción. Imagen: Unizar.
Un equipo de investigación de la Universidad de Zaragoza, dirigido por el profesor Luis Oro, director del Instituto Universitario de Catálisis Homogénea (IUCH) y catedrático de Química Inorgánica, y por Francisco Fernández-Álvarez, profesor e investigador del mismo Instituto, ha desarrollado un catalizador que permite convertir dióxido de carbono en derivados del ácido fórmico, que pueden ser utilizados en la producción de polímeros de siliconas y otras materias primas de interés industrial.
Esta innovación puede abrir un nuevo horizonte para la utilización industrial del CO2, ya que permitiría transformar el dióxido de carbono en una materia prima, el ácido fórmico, aprovechable por el sector industrial. El ácido fórmico tiene múltiples aplicaciones que van desde la industria química, la agricultura, la tecnología de alimentos hasta la fabricación de productos de cuero, entre otras.
El ácido fórmico tiene múltiples aplicaciones que van desde la industria química, la agricultura, la tecnología de alimentos hasta la fabricación de productos de cuero
El CO2 es un producto barato y abundante, que está presente en el entorno natural, y que puede usarse para obtener otras materias de interés industrial. Uno de los procesos que más se ha estudiado es la preparación de ácido fórmico por reacción de CO2 con hidrógeno. Sin embargo, dicho proceso nunca se ha aplicado a nivel industrial por problemas técnicos de difícil solución.
Los resultados recientemente publicados por este equipo de investigación en la revista Angewandte Chemie representan un gran avance en ese sentido. En dicho trabajo se describe el desarrollo de un catalizador que permite transformar el dióxido de carbono en sililformiatos, unos derivados del ácido fórmico que contienen silicio, y que pueden usarse para obtener polímeros de siliconas y como materia prima en síntesis orgánica. También podrían ser utilizados para obtener, a partir de ellos, ácido fórmico.
 
Un sistema que no produce residuos
La ventaja y principal característica de este proceso, diseñado por los investigadores, radica en que se realiza a temperatura ambiente y presión atmosférica poco elevadas o, “como máximo, de tres atmosferas”, puntualiza Luis Oro. El proceso es muy selectivo, no requiere disolventes y no origina residuos, además el nuevo catalizador está basado en un complejo de iridio estable al aire.
La trascendencia de esta investigación es que es la primera vez que se ha logrado convertir CO2 en algo útil en condiciones menos agresivas. Hasta ahora todas las investigaciones para conseguirlo han precisado de temperaturas y presiones muy altas, lo que obligaba a un excesivo gasto energético, por lo que no han podido aplicarse a la industria.
Por el momento, los investigadores del IUCH se encuentran trabajando en laboratorio a escala de gramos, aunque confían en que el proceso será escalable a nivel industrial. Para Oro, esta investigación supone un paso prometedor para conseguir fijar y transformación a escala industrial CO2. En su opinión, “no es la solución para el cambio climático, ya que estamos hablando de escalas muy diferentes: la cantidad de CO2 que podemos transformar es mucho menor que la que se libera con la quema de combustibles, pero sin duda podría ser una pequeña contribución”.
 
Referencia bibliográfica:
Ralte Lalrempuia, Manuel Iglesias, Víctor Polo, Pablo J. Sanz Miguel, Francisco J. Fernández-Álvarez, Jesús J. Pérez-Torrente, Luis A. Oro. Effective Fixation of CO2 by Iridium-Catalyzed Hydrosilylation. Angewandte Chemie. DOI: 10.1002/anie.20120616.
La investigación ha contado con financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, de fondos FEDER de la Unión Europea, y del Gobierno de Aragón.
 
Tomado de SINC
Servicio de Información y Noticias Científicas
 

lunes, 15 de octubre de 2012

¿Por qué son importantes los estudios de impacto ambiental?

Experto dictará conferencias magistrales sobre el tema en el CQP

 
Hoy en día no se puede hablar de la ejecución de proyectos de desarrollo industrial, como en la construcción y sobre todo en la minería, sin dejar de mencionar los Estudios de impacto ambiental (EIA), pues cada vez la colectividad viene tomando mayor conciencia de lo importante que es preservar el medio ambiente.
 
 
En términos llanos un Estudio de impacto ambiental (EIA) es un trabajo técnico, objetivo e interdisciplinario, que se lleva a cabo a fin de anticipar los impactos que pueden tener en el ambiente la ejecución de un proyecto o actividad industrial o empresarial. Es, entonces, un documento fundamental a la hora de tomar decisiones sobre la viabilidad ambiental de un proyecto y la base del proceso de Evaluación del Impacto Ambiental, a través del cual la empresa ejecutora podrá saber si aprueba, rechaza o modifica el proyecto.
Desde sus orígenes –a fines de los años 60 del siglo XX en Estados Unidos– hasta nuestros días el concepto de EIA se ha perfilado y ya es una materia reglamentada en muchas legislaciones. Este avance se debe en su mayor parte a la presión de organismos no gubernamentales y de la propia comunidad organizada. Tal es así, que a diferencia del decenio anterior, hoy los EIA tienen que presentarse a estas poblaciones a través de la realización de talleres de información.
Sin embargo, según algunos entendidos en la materia, aen nuestro país actualmente los EIA están siendo cuestionados. Se trata de una polémica que tiene varios enfoques y es atizada por sucesos de reacción y violencia como los ocurridos no hace mucho en Cajamarca por el fenecido proyecto Conga.
 

 
CQP ilustrará sobre el tema


 
A fin de ampliar sobre el tema, el Consejo Nacional ha coordinado con el reconocido experto Hamilton Mencher, Gerente General de la empresa Mondina, para que dicte dos conferencias magistrales en la sede del CQP el 26 de octubre y el 2 de noviembre, a las 18:00 horas. Las personas interesadas pueden llamar o escribir a los correos de nuestra institución para solicitar más información. Cabe destacar que Hamilton Mencher ha participado, desde 1992, en estudios ambientales y PAMAs para empresas privadas y estatales desde la frontera con Ecuador hasta Madre de Dios.

Tomado de Boletín Enlace químico N° 3

Urgen más recursos para desarrollar ciencia y tecnología


LA PALABRA DEL DECANO
 
Dr. Jorge Angulo Cornejo
Decano Nacional del Colegio de Químicos del Perú
 
Considero oportuno editorializar a partir de nuestro artículo de portada debido a la importancia que representa el tema para quienes desarrollamos ciencia y tecnología en nuestro país. En ese sentido, reitero mi malestar personal por la postergación de la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, tantas veces anunciado para este año, y coincido con otras voces autorizadas en que se necesita una entidad de este rango para gestionar y canalizar mejor los recursos destinados a la investigación científica e innovación tecnológica.

Pero este asunto va más allá de ofrecimientos incumplidos, dado que no se han implementado políticas de estado para garantizar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación tecnológica; un tema crucial si queremos llegar a ser un país desarrollado, capaz de insertarse, competitivamente, en la economía mundial.

Se trata de un problema de varias aristas. Una de las más importantes, junto con la inexistente política tecnológica, es la ínfima partida para financiar la actividad científica del país, que no llega ni al 0,2% del PBI.

Otro aspecto del problema es la falta de suficientes cuadros de investigadores, reducido número de publicaciones científicas, falta de bibliotecas especilizadas y acceso a la información online a revistas y bibliotecas especializadas del mundo, falta de infraestructura y equipamiento de las universidades y centros de investigación. También lo es el actual marco normativo, el cual tiene serias incongruencias, pues con el fin de promover la CyT en las regiones, se asignan recursos del canon sin reparar en que los gobiernos regionales tienen una pobre capacidad de gasto.

Las consecuencias de tales incumplimientos, insuficiencias y desaciertos se reflejan en la nada envidiable ubicación que tiene el Perú en CyT: 106 de 142 países, según el World Economic Forum.

Hasta que no se solucionen estas carencias, la pretención de invertir para el 2016 4 mil 500 millones de soles será solo un sueño y seguiremos a la zaga. Mientras tanto, los académicos, y profesionales de ciencias esperamos la oportunidad para demostrar, a gran escala, lo que sabemos. En el Colegio de Químicos estamos seguros de que tenemos las condiciones necesarias para hacer grandes aportes por la transformación de nuestra patria.

Tomado de boletín Enlace químico N° 3
 

viernes, 12 de octubre de 2012

El Perú debe apostar por el cambio tecnológico

Es nuestra única herramienta para llegar a ser una economía desarrollada

 
El proceso de globalización de la economía y el paso hacia la era del conocimiento marcan la pauta de lo que será la nueva sociedad mundial y el Perú no tiene aún una política socioeconómica moderna como para ser considerado un país del tercer milenio. La clave del cambio no está en la exportación de materias primas sino en el desarrollo científico-tecnológico.
 
Los significativos ingresos que actualmente genera al país la exportación de minerales, por su alta cotización en el mercado internacional, no sirven para considerarnos una economía próspera, pues somos, en pleno siglo XXI, un país primario exportador y nuestro crecimiento no habría sido tal si China no hubiera irrumpido en la economía planetaria. Esa es nuestra realidad, y ahora que la misma China ha anunciado la desaceleración de su economía dicha realidad podría empezar a cambiar.

Nuestra prosperidad es pasajera, porque así lo es todo boom. Y si bien hemos podido capear los temporales de la crisis financiera internacional, por el crecimiento del mercado interno, ya los entendidos anuncian que la bonanza podría durar solo unos 15 años más. Ante ello, nos queda aprovechar la oportunidad para crear infraestructura productiva y plataformas científico-tecnológicas, de lo contrario nuestra nación podría tener un porvenir incierto.

Los peruanos ya lo sabemos por historia. Que no se repita lo del guano y el salitre. Ahora vivimos otro boom y la situación nos obliga a dar un giro completo a nuestra visión y convencernos de que sin mayor inversión en educación, investigación científica e innovación tecnológica no tendremos oportunidad. Estos son puntos insustituibles en una política en ciencia y tecnología que se precie de ser seria.

Se trata de pasar de expendedores de insumos a exportadores de productos con valor agregado. La gran diferencia entre países ricos y pobres estará marcada por esta característica. Y, sin ir muy lejos, algunos países sudamericanos ya transitan por ese camino.


Cambio tecnológico

Sin visión ni estrategia, y por supuesto decisión y compromiso en todas las esferas, el cambio no será posible, dado que no podrá sostenerse en el largo plazo. Se necesita visión para saber adónde llegar y estrategia para conseguirlo, pues el cambio tecnológico no es relevante, si no proporciona una ventaja competitiva o transforma una existente, de ahí que se tenga que dar condiciones a la universidad y a la empresa para realizar investigación científica dentro del marco de una verdadera política tecnológica.

Los países del sudeste asiático nos dan el ejemplo. Si no hubieran invertido en educación, CyT e I+D, no podríamos hablar hoy de los altos indicadores económicos de estas naciones; tampoco de las gigantescas corporaciones de la industria del transporte, informática y telecomunicaciones que hoy dominan el mundo.

A mediados de los años 50 del siglo XX el Perú tenía mejores proyecciones que Corea del Sur en el escenario internacional, pero mientras que el país asiático, cohesionado en torno a un proyecto político, apostó a conciencia por el cambio educativo y tecnológico; el nuestro se extravió por los vericuetos de la inestabilidad democrática y los desaciertos políticos que trajeron graves consecuencias.

Tenemos que aprender la lección y apostar por el cambio tecnológico. Nuestras autoridades de gobierno tienen que ir a la vanguardia.

Tomado de: Enlace químico 3 - Boletín oficial del CQP