miércoles, 28 de noviembre de 2012

Crean material "ecológico" basado en la madera

 Tiene propiedades como aislante térmico y acústico

 

Las empresas Impregna y Auxitec Técnica y Control, en colaboración con investigadores de la Universidad de La Rioja, han creado un material basado en la madera con múltiples aplicaciones. Según los responsables del proyecto, por sus características, el material, para el que ya se ha solicitado una patente, es idóneo como acondicionte acústico en infraestructuras ferroviarias.
Impregna y Auxitec Técnica y Control, junto con investigadores de la Universidad de La Rioja, han creado un material "ecológico" basado en la madera y con múltiples aplicaciones para el que, por sus características como acondicionamiento acústico y de fácil introducción en infraestructuras ferroviarias, se ha solicitado su patente.
En el proyecto ‘Eco-Rail’, impulsado por dichas empresas con el objetivo de desarrollar nuevos materiales sostenibles para el sector del ferrocarril, han participado los profesores Pedro J. Campos y Miguel Ángel Rodríguez; Luis Otaño, químico y responsable del Servicio de Laboratorios; y el doctor Anselmo Villareal.
Los trabajos llevados a cabo desde febrero de 2011 han dado como resultado varios materiales tipo composite (conglomerado) de madera y polímeros. “Algunos, con plásticos como el PVC, resultan excelentes materiales estructurales, pero el material más sobresaliente está formado de poliuretano y astillas de madera. Este composite resulta muy ligero, fuerte y fácil de fabricar”, explica Pedro J. Campos, catedrático de Química Orgánica en la Universidad de La Rioja.
Dado que el polímero empleado puede prepararse parcialmente con materiales naturales, el material puede tener hasta un 70% de materia procedente de la naturaleza. “Tiene propiedades como aislante acústico y térmico que, sumadas a su versatilidad de acabados superficiales que puede adquirir, lo convierten también en un buen material de revestimiento para la construcción”, sostiene el profesor.
Además del desarrollo y optimización del composite, el equipo investigador ha puesto a punto el proceso de fabricación a pequeña escala, estudiando la minimización de residuos y costes del material.
Solicitud de patente
Debido al interés de los resultados obtenidos, las empresas han solicitado e inscrito la patente de este material en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Las empresas destacan "la importancia de dar a conocer las bondades, cualidades y oportunidades que presenta la madera como material sostenible, respetuoso con el medioambiente y con una huella de carbono casi inmejorable comparándola con productos como el acero o el hormigón".
Impregna, que este año cumple un siglo de actividad y contempla entre sus retos abrir el mercado a otros países y fomentar la exportación de productos eco-innovadores, continúa trabajando con el nuevo compuesto para darle valor añadido y ofrecer una alternativa competitiva al mercado.
“Con este fin hemos desarrollado varias formulaciones del composite para mejorar las distintas aplicaciones que ofrece, no sólo como acondicionamiento acústico y térmico como se planteó inicialmente, sino como aislante para la rehabilitación de viviendas donde la empresa considera que tiene un gran potencial, y esperamos pronto empezar su fabricación”, informa Álvaro Gil, responsable de I+D de Impregna.
El proyecto Eco-Rail ha contado con financiación de CDTI y con subvención de la Agencia de Desarrollo de La Rioja (ADER), ambas ayudas cofinanciadas con cargo a la ayuda comunitaria del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Fuente: Tomado de SINC
 

sábado, 10 de noviembre de 2012

Diplomado Sistema de Gestión ISO/IEC 17025 para laboratorios de ensayo


Motivemos la vocación por el estudio de la química

 

La química es una profesión versátil, pero son pocos los estudiantes universitarios de esta especialidad

 
Con motivo de celebrarse el 17 de octubre el Día del Químico Peruano, revisamos la versatilidad que tiene nuestra profesión en el campo académico y productivo, pero sobre todo hacemos un llamado de atención para promover las vocaciones en química a nivel del pregrado universitario.
En nuestro país, los químicos colegiados no pasan de mil. Sin embargo,
crece la demanda por los servicios de estos profesionales.


Aunque la mayoría de personas lo desconozcan, el químico es el profesional cuyo campo de acción es uno de los más amplios y versátiles que existen, pues puede desempeñarse en áreas que van desde la investigación científica hasta la actividad industrial. El químico es capaz de analizar, interpretar e investigar el comportamiento de la materia y a su vez puede analizar, controlar y dirigir las etapas del proceso de producción industrial, por ejemplo, con la creación, de nuevos materiales o la mejora de compuestos ya existentes.

Es un científico y profesional polifuncional que realiza investigación científica básica o aplicada y participa en grupos multidisciplinarios de investigación para el desarrollo de proyectos; brinda servicios de asesorías, consultorías y análisis químicos a sectores del gobierno, la industria y la comunidad. Y si también siente vocación por la docencia imparte sus conocimientos y experiencias en centros de instrucción. Por último, puede ejercer de manera independiente y hacer empresa.

Todo esto es archiconocido por los químicos, sin embargo muchos desconocen que dicha versatilidad profesional no ha sido lo suficientemente canalizada como para generar en los estudiantes de educación básica y pregrado universitario un interés por estudiar la ciencia base, es decir la química. Esto ya lo confirma el Informe Preliminar que emitiera en 2011 la Academia Nacional de Ciencias cuando afirma que "es preocupante el escaso número de postulantes y alumnos, hay que promover las vocaciones en química" y recomienda realizar un estudio de oferta y demanda.

Sin embargo, la formación del futuro químico profesional empieza en la educación básica, etapa en la que comienza a gestarse en el estudiante eso que se llama "vocación". En este contexto, el Colegio de Químicos del Perú debe impulsar más el interés por las ciencias y apoyar de manera decidida acciones como las que realiza la Pontificia Universidad Católica del Perú con la Olimpiada Peruana de Química, cuya XII edición se desarolla este año. Pero no solo se trata de vocación, sino de dedicación, esfuerzo, sacrificio y responsabilidad con ética, por lo que vale la pena describir el "perfil" de un estudiante inclinado por la química: debe tener bien claro que para lograr su objetivo de ser un químico necesita fortalecer su interés por la ciencia; desarrollar su capacidad de análisis y síntesis para entender y aprovechar bien a la naturaleza; desarrollar habilidades y destrezas para organizar y sistematizar el desarrollo de sus actividades profesionales y de investigación; responsabilidad para el trabajo individual y colectivo.

¿Qué otorga la universidad al joven científico? Un egresado de química debería tener (aparte de la certificaciones universitarias) las siguientes competencias: estar apto para involucrarse en investigaciones científicas de calidad, tener una buena base de conocimientos para continuar con su desarrollo académico, a través de una maestría, doctorado o alguna especialización en áreas de frontera como la Química Supramolecular, nanotecnología, biotecnología, ciencias ambientales, Química médica o bioinorgánica. Y como dijimos más arriba versatibilidad para trabajar con ética en las áreas científica, industrial y docente.

El CQP tiene especial compromiso por sembrar el interés de estos estudiantes, pues son el futuro de nuestra profesión y la oportunidad de desarrollo de nuestro país.

Fuente: boletín Enlace químico N° 4, octubre de 2012.

Escuela Doctoral Franco-Peruana

Un gran iniciativa que se tiene que emular*

 
Dr. Jorge Angulo Cornejo
Decano Nacional del
Colegio de Químicos del Perú
 
Con el otorgamiento de Becas Doctorales a tres jóvenes investigadores peruanos pronto entrará en funcionamiento la Escuela Doctoral Franco-Peruana en Ciencias de la Vida, nueva entidad académica creada en abril de este año por iniciativa de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Concytec), la Embajada de Francia, el Ministerio Francés de Asuntos Extranjeros y Europeos, el Ministerio Francés de Enseñanza Superior y de Investigación y el Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia en el Perú.
El programa comprende tres años de estudios de doctorado y una subvención a los becarios de hasta 10 mil euros por año; y aspira además a formar una nueva generación de investigadores de alto nivel, con el fin de aportar al crecimiento económico, social y académico de nuestro país.
Considero, modestamente, que necesitamos más de este tipo de iniciativas para sumarlas a las ya existentes en otros centros superiores de prestigio, con el fin de dar mayor impulso a la investigación científica en nuestro medio, en donde el desarrollo científico (y tecnólogico) es un tema marginal de la agenda politica, a pesar de las promesas y buenas intenciones de los sectores dirigentes, y de la lucha solitaria de entidades como el Concytec.
Creo, asimismo, que dada la seriedad institucional de sus entes fundadores, esta nueva Escuela podría convertirse en el referente peruano de la investigación científica; y que sus huellas iniciales deben encontrar seguidores en el mundo académico con el fin de imitarlo, y por qué no emularlo. Solo de esta manera nuestro país saldrá ganando.
Felicito a los forjadores de este nuevo organismo universitario y exhorto a mis colegas a presentar proyectos (en química verde u otras áreas) en esta flamante tribuna para la ciencia que hoy nace en el Perú.

* Tomado de editorial del boletín Enlace químico N° 4

jueves, 8 de noviembre de 2012

La química y los químicos

Artículos de nuestros colaboradores 


Quim. Manuel A. VIZCARRA ANDREU 

La Revista del Colegio Químico del Perú publicó (julio, 2009), un artículo estimulante en el cual se establecían diferencias entre quienes ejercitamos la Química como profesión y los vínculos de esta ciencia con profesiones muy cercanas.  Ocurre en el país que tal supraespecialidad (por sus productos, beneficios y ubicuidad), se desarrolla y aplica en una muy estrecha, aunque exitosa senda, entre la Ingeniería química y la Farmacia.
            Ciertamente es difícil diferenciar la configuración de los perfiles y objetivos profesionales en las etapas de formación universitaria.  Allí se comparten las bases científicas a grado que resulta válido afirmar que en sus inicios las tres especialidades, en esencia, imparten ser químicos y de ahí sus afinidades.
            Es en progreso que se van imponiendo las diferencias formales.  El químico profundiza para que su modus operandi tradicional fije lugar preferencial en laboratorios donde ha de optar por tareas de análisis y/o síntesis, habituales o de investigación.  De los métodos básicos (“secos y húmedos”), avanza al dominio instrumental cada vez más sofisticado, al aprendizaje a “lenguajes” (hoy diverso), derivándose en pluriespecialidades que incluyen labores académicas, y extremos como solventar patentes o casos forenses.  Las magnitudes de su dominio en el manejo de sustancias prosperan por el orden de los sub-múltiplos.  Son comunes expresar las labores del químico en mol-gramos, gramos peso, volumen, microgramos, partes por millón, por billón o porcentajes, en la variedad de resultados, al detectar las entrañas mismas de la materia.
            La Ingeniería Química a su turno, profundiza (o debe hacerlo) en cálculos, desarrollos, materiales de construcción, manejo de equipos, áreas, factores energéticos, materias primas, todo sintetizado en la expresión “operaciones y procesos” manifestados en decenas, centenas, kilogramos, toneladas, rendimientos y producción a escala comercial.
            La Farmacia en su desarrollo se aproxima a la Biología para compartir el conocimiento de las complejidades bioquímicas de la materia viva.  Los aplica en la búsqueda de sustancias y la experimentación previa a la fabricación de los populares remedios o medicinas, técnicamente conocidos como fármacos.  En la praxis cotidiana coopera u opera en la administración comercial de establecimientos especialidades (farmacias, boticas o las apotecas de otros países).  La proximidad a la química de laboratorio en la ya antigua preparación de “fórmulas magistrales”, parece cada vez más alejada.
A la ingeniería Química se le reconoce ser vástago de la Revolución Industrial (Valle de Shoropshire, Severn Gorge, UK, Cuarto del siglo XVIII), donde y cuando se dio el paso decisivo de usar un tipo de energía nuevo, el vapor de agua, aplicado Por T. Newcomen a máquinas inéditas que inauguraron la Era Eotécnica.  Era que significó la mayor contribución al establecimiento de una industria al servicio social.
            La Farmacia, sus principios y fines, se han venido instituyendo en el tiempo unido a diversos agobios de peso sobre la humanidad (enfermedades, patologías, algias), a sucesos tanáticos masivos (plagas, pestes, pandemias), a descubrimientos científicos como los microscopios de la Leeuwenhoeck, a través de los cuales se revelaba el mundo invisible de seres minúsculos, pero de feroz actividad, para bien y para mal.  Luego se ha consolidado con investigaciones como los del famoso químico-microbiólogo Louis Pasteur.
            La Química surge del arcano, es de hecho una herencia, una extensión de la Alquimia.  Esta “ciencia oculta”, a su vez es reconocida como “…uno de los más importantes testimonios de una ciencia, una técnica y una filosofía, pertenecientes a una gran civilización desaparecida…”.  (L. Panwles y J. Bergier, “Le Matin Des Magiciens”, 1971).  Ajá!, esa revelación ilustra que existió una ciencia conformada, concatenada, no sólo con la técnica sino con la filosofía.  Si existió así, no es desandado pensar que en parte (¿o en mucho?), las bases, los principios heredados acaso subsisten.
            Las metas conocidas de la misteriosa alquimia fueron descomunales para el pensamiento actual.  Perseguían “la piedra filosofal, los secretos de las transmutaciones, la integración de la materia y el espíritu…”.  En esa concepción lo esencial de las extraordinarias realizaciones alquímicas, la trasmutación de sustancias (reacciones químicas), incluían (o podían incluir) la del propio experimentador.  La práctica de generar materias nuevas, al combinar otras, advierte- la leyenda o la historia- operaba en el alquimista un conocimiento real de las leyes de la materia, de la energía y de sus expresiones técnicas, soportes a la vez, de un cambio, de un ascetismo interior personal.
            En alguna magnitud aquello ocurre también en los laboratorios actuales.  La experiencia química de ver aparecer (o desaparecer) un color grosella con una sola gota del indicador respectivo, en los sistemas ácido-base, o un brillante azul en los redox que incluyen al almidón y al iodo, son efectos de impactante magnificencia, al meritar la debida atención.
            Algunos químicos, autodeclarados “alquimistas contemporáneos “aún practican (o han practicado) el espíritu de investigación aislado y entregan (o entregaron), beneficios académicos y/o prácticos de gran valía.  Algunas pocas pruebas ilustrativas.  La existencia de los gases, la radioactividad, la mecánica ondulatoria, la esencia de la luz… En lo práctico, el dominio de la “estereotrónica” o estudio de la “transformación de la energía de los sólidos”, aplicado en técnicas como la “fusión de zona” que permite purificaciones de alto grado, así las del germanio-Ge y la Silice-Si, para la fabricación de transistores.
            Por tales antecedentes, oscilantes (o entremezclados) entre lo espiritual y la ciencia (“la ciencia sui conciencia, no es más que miseria del alma”, según Rabelais), la Química actual tiene una “vigencia oculta”, que de tanto en tanto irrumpe impactante en medios públicos.
            En el país el vocativo químico, sufre extraña metamorfosis a través de los meses-año calendario.  Al principio se une a las razzias cocaleras.  Allá se captura al “químico” culpable de valiosas transformaciones, pero ilícitas.  Curiosamente antaño, tal personaje, era señalado como “el cocinero”, mostrando que la mentada cocina peruana vindicó incluso a sus cultores en desmedro de la ignorada profesión.  Al respecto hubo un episodio ilustrativo teniendo como escenario el Congreso Nacional y como personajes dos beneméritos congresistas.  La una (es dama) es acusada de vinculación con un “narco” capturado infraganti.  Ella afirmó no conocer ese aspecto de su amado, quien sólo era el penta-engendrador de sus hijos.  El otro congresista (dizque presidenciable), aseguraba que según su entender (o saber), el cuestionado personaje era un “llenador de los pozos de maceración” por tanto era “el químico” (utilizó el término) delincuente.
            En meses siguientes surge alguna ocasión cuando el maltratado término “químico” reaparece esta vez, por extraña metonimia, expresando, sentimientos (romances, amores o amoríos) en el mediocre mundo de la farándula.  Se publicita la vigencia de una “gran química”, entre fulanos y zutanos (no necesariamente entre seres mixtos).  Aunque lo teatrero puede no ser de mayor importancia ocurre que el uso de nuestra malhadada “química” adjetivada, continúa una vez más, ahora, inmiscuyéndose y escalando hacia el sentir mutuo de “gente ilustre”.  Se han dado casos de mandatarios que también han descubierto tener “muy buena química” declarada en una de las tantas “reuniones en la cumbre”.  Pero lo sorprendente y curioso es que tales protagonistas previamente habían intercambiado no sólo discrepancias, sino acusaciones, incluso zafias “descripciones” o insultos.
            Hacia la primavera meridional (setiembre-octubre) el vocablo “químico” se manifiesta en su real valía y sentido.  Es la época cuando se van publicando sobre los descubrimientos y autores que ameritan los “Premios Nobel” máximo reconocimiento académico universal, instituido un siglo ha, precisamente por un “Químico-industrial, el sueco Alfredo Nobel, multi-inventor, aunque, más recordado por la dinamita.
            Es así como algún sector del público peruano se entera que la Química es una profesión y no un término banal acomodativo.  Una profesión que a la par con la física y la medicina mantienen la vanguardia de la civilización.  La lista anual de químicos doctos, laureados con los Nobel, involucra nombres de recuerdo y gratitud continua por sus descubrimientos e inventos.  Los esposos Pierre y Marie Curie (1912), su hija Irene y su esposo Federic Joliot (1935);  Linus Pauling, el único quien recibió, hasta hoy, dos veces ese premio, el de Química (1954) y el de La Paz (1962), los citamos por sus singularidades.  Y en la cercanía no faltan químicos peruanos de valía universal a nombrar: Mariano Rivera y Ustaris, mineralogista y precursor de las escasas publicaciones científicas nacionales.  Pedro Paulet Mostajo y sus motores a reacción, halagados por la NASA. ¿Sabemos qué por sus trabajo en química cuántica y otros, Oswaldo Baca Mendoza, fue candidato al Nobel de Química?.
         El pensamiento tendiente a lo racional y popular, entre nosotros, muestran frente a la historia de las ciencias químicas, de su desarrollo y vigencia, algo como una “conspiración de ignorancia y minimización”.  Es “pura química” se afirma para denostar algún producto.  De otra parte en lo formal los químicos peruanos aparecen entre las agrupaciones (colegios) profesionales, ensombrecidos por su menor contingente, en parte, debido a la desidia de sus propios miembros, por tanto en ellos reside la tarea de su mayor cohesión, difusión y progreso.
         Cuando escalemos en nuestros grados de industrialización, algún día las especialidades de base común en la química se encontrarán más cooperativas en su reconocimiento y fortalecimiento mutuo, superando las maquinadas preeminencias y competencias presentes.  Y eso debe ocurrir al convencimiento de que el desarrollo de un producto nuevo se inicia en “frascos y vasos” luego sigue en pruebas de una planta experimental, antes de su producción comercial.  Todas esas etapas involucran al unísono las diferentes profesiones que se enriquecen y se necesitan interdependientemente. Así ocurre en las sociedades desarrolladas y en las emergentes.  Traemos a recuerdo Costa Rica, un país pequeño en territorio, pero adelantado… ecologista, pleno de científicos, incluido astronautas, sin ejército, donde todo pasajero viaja sentado en sus limpios buses urbanos… y en relación a nuestro tema, el colegio profesional respectivo, integra tanto a químicos como a ingenieros químicos, en uno sólo.
         La Química, en el país, necesita mayor comprensión en su esencia y magnitud y los químicos imponerse esa tarea fortaleciéndose entre pares.